Nota: el original de este artículo ha sido publicado por su autora, Giselle Chaumien, en su excelente blog Rüsterweg y traducido del alemán al español por un servidor con el permiso de su autora.
¿Es usted traductor autónomo? Entonces, tengo una pregunta para usted. ¿Cómo responde cuando le preguntan por su profesión? ¿Seguro de sí mismo o más bien temeroso y alicaído? ¿Se alegra de que le pregunten o maldice a quien le pregunta?
Recientemente, unos participantes se presentaron en un grupo de diálogo de profesionales independientes:
— Hola, soy Pedro, arquitecto
— Hola a todos, soy Silvia, decoradora
— Buenos días, Mike, diseñador de páginas web
Continuó así, hasta que en la sala solo quedó una persona que aún no se había presentado. Todas las miradas estaban dirigidas hacia ella.
— Eeeeeh, Martina, soy traductora, dijo casi en un susurro y cabizbaja. Parecía un perro apaleado.
¿Os suena familiar?
¿Dónde está la confianza en sí mismos de los traductores? Hubo un tiempo en el que la profesión de traductor era muy respetada. Hace poco recordé la novela histórica de la escritora estadounidense Donna Woolfolk Cross «La Papisa», en la que Johanna —disfrazada como el hermano Johannes Angelicus — se gana el elogio y el reconocimiento por sus traducciones, realizadas en torno al año 820 en el monasterio de Fulda con tinta y pluma. Incluso 500 años después, en la novela de Umberto Eco «En nombre de la rosa», los traductores e incluso los copistas eran personas respetadas.
Concedido: Cuando un hombre dice que es traductor especializado, o incluso traductor técnico, suele recibir un gesto apreciativo. En una época en la que todo el mundo habla de la diversidad y en la que la mujer está tan avanzada en todas las áreas, de forma que los hombres reaccionan a veces muy molestos, el sexo no debería representar un problema.
No, son los propios traductores, o al menos muchos de ellos, los que se rebajan, empequeñecen y padecen de falta de seguridad en sí mismos. Sobre el «porqué» podría escribir aquí artículos larguísimos, sin sentido. Mucho más útil y provechoso es describir aquí, por medio del «jardín intelectual», los motivos para una mayor confianza en sí mismos.
Son licenciados
Sus altas calificaciones son una ventaja en el mercado. No es que tengan que recorrer el área con un aura brillante de santidad a causa de su calificación, pero: ¡Es un logro! ¿O no?
Son emprendedores
Deciden y organizan todo sobre su actividad comercial. Desarrollan sus estrategias, establecen sus medidas de marketing y deciden, según sus criterios, en qué dirección se debe ir. No deben dar explicaciones a nadie de sus decisiones, excepto a sí mismos: Una gran ventaja.
Son profesionales independientes
No deben preocuparse por una membresía (forzosa) con su cámara de comercio, gremio o sindicato, etc. No deben registrar un comercio ni, por tanto, publicar una cuenta de pérdidas y ganancias. ¡Son libres!
Tienen una estrategia
«En principio» saben qué es lo que quieren: Ejercer con éxito su profesión. ¡Háganlo! Creen una estrategia e impleméntenla, paso por paso.
Son trabajadores del conocimiento
Invierten su conocimiento, comercializan su experiencia que, con cada encargo, se vuelve un poco mayor, un poco más profunda y un poco más amplia. Su cerebro, su comprensión y su agilidad mental son sus puntos fuertes. ¿Eso no es nada?
Ofrecen a las empresas el quantum de conocimiento que necesitan
Las empresas contratan proveedores de servicios externos para cerrar lagunas de conocimiento. Si eres bueno, y parto de este punto, los clientes volverán una y otra vez a utilizar tus servicios, porque aportas aquello de lo que carecen los empleados fijos: agilidad, conocimiento actualizado permanentemente, flexibilidad…
Tienen su(s) área(s) de especialización
Durante años se han ido especializando en una o más áreas. En estas, son líderes «aislados» y, en consecuencia, productivos. ¡Estén orgullosos de ello y difúndanlo!
Uno es… uno mismo
Conocen sus fortalezas, conocen bien lo que saben, lo que pueden hacer mejor que los demás y cómo pueden utilizar su conocimiento específico y personal. ¡Háganlo!
Crean redes de alto nivel
Tienen la gran oportunidad de crear redes de conocimiento de alto nivel o de integrarse en ellas. Con esto, reciben siempre nuevas sugerencias, puede realizar intercambios y acceder a la ayuda y consejos…
Están en posesión del triunfo de la «autodeterminación»
Sí, los clientes siempre vuelven a llamar cuando uno no puede, o no está, o estaba a punto de salir… Aún así, pueden determinar qué y cuándo aceptar un trabajo y, sobre todo, si aceptan o no un encargo.
No están sujetos a horarios laborales
Pueden trabajar por la noche y dormir más por la mañana o a la inversa. Pueden trabajar solo cinco horas al día o cuatro días a la semana. Es SU decisión. Sólo tienen que vivir con las consecuencias: Más o menos ingresos.
Traducen sin descanso
Incluso cuando no están trabajando en un encargo y tan solo leen el menú en un restaurante, están traduciendo… mentalmente. Encuentran errores tipográficos o de traducción o ambos. Escuchan un programa radiofónico y se preguntan: ¿Cómo traduciría esto al (idioma)? Su cerebro trabaja sin descanso y permanece ágil: La mejor forma de mantenerse mentalmente en forma durante mucho tiempo.
No conocen la rutina
Cada encargo ofrece algo nuevo. Desarrollan constantemente nuevas parcelas de sus áreas de especialización. Incluso en la gestión administrativa no se produce la rutina. ¿Quién tiene ya esa suerte? ¿O prefieren apretar tornillos como Charlie Chaplin en la cadena de producción?
Están altamente motivados
Con esto ya tienen alguna ventaja sobre los empleados fijos que viven la vida cotidiana sin muchas perspectivas. ¡Aprovechen esta fuerza interior y transfórmenla en acción!
Tener confianza en sí mismo tiene que ver con la dignidad y la autoestima. Solo el que tiene un elevado concepto de sí mismo y de sus conocimientos puede venderse con éxito. Y esto no tiene nada que ver con la pedantería. ¿O quién trabaja en Bosch o Mercedes, Siemens o Suchard, Schwarzkopf o Garnier, Kamps o Mumm — la lista sería interminable — es allí el pedante porque realiza las tareas de marketing?
Elisa Infante (@elisa_infante)
16 abril, 2013 at 12:02
Estoy totalmente de acuerdo. Que se reconozca nuestra profesión empieza por nuestra propia convicción de lo que realmente somos.
Vendámonos con convicción.
Elisa
Pablo Bouvier
16 abril, 2013 at 12:17
Hola, Elisa, muchas gracias por comentar.
Así es, si no comenzamos a valorarnos nosotros mismos, los demás tampocolo harán.
Frank Pool
18 abril, 2013 at 12:36
La autonomía es un arma de dos filos, porque uno puede poner sus propios límites y también caer en la complacencia y resignación. Una de las cosas que me gustan de la traducción, que ejerzo desde hace más de 20 años de manera «independiente» (como diríamos en México) es que puedo hoy decir qué puedo y qué no puedo traducir. La seguridad en uno mismo se transmite al cliente que sabe que puede confiar en el traductor, así como confía en su dentista o su mecánico. Buen artículo.
Pablo Bouvier
18 abril, 2013 at 14:19
Hola, Frank: ¡muchas gracias por comentar! Es cierto que la autonomia es un arma de dos filos. Pero, si llevas tanto tiempo en este mundillo, también sabrás que es un mercado muy competitivo, y que el mercado castiga sin piedad a los que caen, tanto en la resignación, como autocomplacencia. Un saludo.
Alejandra
1 mayo, 2013 at 18:48
Hola, Pablo
Estoy totalmente de acuerdo en que los traductores autónomos tenemos todas las ventajas que se mencionan en este artículo. Yo añadiría una, que creo que es bastante común entre nosotros: que nos apasiona nuestro trabajo. No sé si habrá algún trabajo que se pueda desarrollar sin pasión… No sé si se puede vivir sin pasión… Pero a mí me apasiona traducir y cada vez que el texto se me resiste o las condiciones de trabajo no son las ideales pienso que tengo la suerte de trabajar en lo que me fascina y que todo lo demás son menudencias.
Un beso y gracias por traducir el artículo. 🙂
Alejandra
Pablo Bouvier
1 junio, 2013 at 12:05
Hola, Alejandra: pensaba que te había contestado, pero no es así. Lo siento. 😦
Es muy acertado lo que dices en cuanto a la necesidad de que tú trabajo te apasione pero no lo he incluido aquí, ya que no figuraba en el original.
De todos modos, es algo que ya había comentado también en el último párrafo de una de mis entradas anteriores y que, si te apetece, puedes leer aquí: http://bit.ly/yrOjaw . ¿Feliz fin de semana!
Alejandra
2 junio, 2013 at 9:48
Gracias, Pablo !!!! Acabo de leer el artículo al que me remites y estoy totalmente de acuerdo. Un beso. Alejandra